miércoles, 8 de febrero de 2012

La tiranía se tambalea

En España se vivían tiempos difíciles por una profunda crisis social y económica, en gran medida originada por el gobierno de coalición entre la monarquía de Alfonso XIII y la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, régimen que a su vez era apoyado por una burguesía insaciable y un clero vergonzosamente retrograda.

La economía del país se basaba en grandes oligopolios y latifundios controlados por unas pocas familias, que por supuesto vivían en la opulencia, contrastando con la miseria lastimosa que sufrían la mayoría de los españoles.

A pesar de la carestía, el nacimiento del pequeño Cándido fue motivó de celebración; la abuela y las tías del bebé prepararon un modesto banquete que acompañaron con vino de la Rioja que llevaron los hermanos y amigos del Primer Teniente Alcalde.

Durante la convivencia, los hombres no pudieron evitar hablar del recrudecimiento de la crisis económica y las pésimas condiciones laborales que debían soportar quienes todavía tenían trabajo. Pero Busteros era optimista y les pidió tener confianza; la tiranía se tambaleaba y los partidos republicanos, a pesar de la represión, se fortalecían.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Portugalete, España, septiembre de 1929

Esa noche, Aniceta, esposa de Busteros, supo que su tercer hijo estaba por nacer; no obstante, con valentía sobrellevó las contracciones y aguardó hasta el amanecer para no importunar a la familia. Tan pronto se percató, el Primer Teniente Alcalde corrió en búsqueda de la partera para que asistiera a su mujer. Al filo de las nueve de la mañana, el inconfundible llanto de un bebé anunció el nacimiento de un varón al que le habían reservado el nombre de su padre.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Los Chimalapas, México, septiembre de 1929

Aquel medio día de septiembre, en la húmeda y selvática espesura de los Chimalapas un sonido peculiar alertó a José, un viejo curandero de la etnia zoque que recolectaba raíces para preparar medicina. El indígena miró hacia arriba y frente a la oquedad del tronco de un árbol enorme vio una guacamaya escarlata que regresaba al nido para alimentar a su polluelo. Aunque el hecho era inusual, ya que la época de crianza de esos vistosos pájaros es entre diciembre y marzo, el hombre supo de inmediato qué sucedía, durante unos minutos observó a la hermosa ave y luego continuó caminando por la serpenteante vereda que bordeaba el cauce del río.